martes, 20 de octubre de 2015

VACUNACIÓN INFANTIL

VACUNACIÓN  INFANTIL

Desde el nacimiento y hasta los 14 y 16 años de edad, todos los niños deben vacunarse, para evitar padecer determinadas enfermedades, así como sus consecuencias y complicaciones.
Las vacunas son productos biológicos que sirven para prevenir enfermedades infecciosas cuando nuestro organismo desarrolla defensas específicas contra ellas. Para enseñar al sistema inmunológico a defenderse, la vacuna contiene, en general, parte del microorganismo causante de la enfermedad o el germen entero, pero muerto o debilitado. 
Calendario vacunación infantil 2016

¿Cómo funcionan las vacunas en el organismo del bebé?

Calendario de vacunación infantil
Una vez que nuestro organismo ha producido anticuerpos contra los gérmenes modificados que contiene, estos anticuerpos nos protegerán frente a los gérmenes verdaderos causantes de la enfermedad, destruyéndolos y haciendo que no enfermemos. Esta forma de reaccionar “aprendida”, nos proporciona inmunidad ante futuros encuentros con el microorganismo agresor, que desencadenará de nuevo la producción de anticuerpos defensores.
La vacunación es una de las medidas más eficaces para la prevención de las enfermedades. Actualmente, las vacunas que más se emplean en España son: hepatitis B, difteria, tétanos, tos ferina, polio, Haemophilus influenzae tipo b, meningococo C, neumococo, sarampión, rubeola, parotiditis o paperas, varicela, virus del papiloma humano, rotavirus, hepatitis A y gripe.

A LAS VACUNAS HAY QUE IR 8 VECES

 A LAS VACUNAS HAY QUE IR 8 VECES 


La vacunación debe ser controlada por el médico o pediatra. La primera vacunación infantil se aplica en el centro sanitario donde ha nacido el bebé. Allí recibirá su primera dosis de la vacuna contra la Hepatitis B. A partir de esta fecha, las vacunaciones se irán administrando a los 2 meses de edad, a los 4 meses, 6 meses, 12 meses, 18 meses, 4 años, 6 años, 12 años y 14 años.
Todos los niños deberán recibir las siguientes vacunas:
  • Vacuna antihepatitis B (HB).
  • Vacuna frente a difteria, tétanos y tos ferina acelular (DTPa/Tdpa).
  • Vacuna antipoliomielítica inactivada (VPI).
  • Vacuna conjugada frente al Haemophilus influenzae tipo b (Hib).
  • Vacuna conjugada frente al meningococo C (MenC).
  • Vacuna conjugada frente al neumococo (VNC).
  • Vacuna frente al sarampión, rubeola y parotiditis (SRP).
  • Vacuna frente al virus del papiloma humano (VPH).
  • Vacuna frente al rotavirus (RV).
  • Vacuna frente a la varicela (Var).
  • Vacuna antigripal (Gripe).
  • Vacuna antihepatitis A (HA).

 tiempo de protección de las vacunas

La mayoría de las vacunas con una o varias dosis protegen del padecimiento de la enfermedad para toda la vida. Otras como el tétanos y la difteria, necesitan dosis de refuerzo para recuperar la protección adecuada. 

 reacción que producen las vacunas

Como cualquier medicamento, algunas vacunas pueden producir alguna reacción en el bebé. Las más frecuentes son de tipo local, y se refieren al dolor, inflamación o enrojecimiento en el lugar de la inyección. En algunos casos, puede aparecer un poco de fiebre, normalmente moderada. 
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¿Qué debemos tener en cuenta después de que le pongan las vacunas?

¿Qué debemos tener en cuenta después 
de que le pongan las vacunas?
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Uno de los actos médicos más importantes que se llevan a cabo en la consulta del pediatra es la vacunación del bebé. Tal y como dice la OMS, las vacunas salvan vidas, son un derecho fundamental, aunque por desgracia no accesible para todos, y son rentables porque son seguras, eficaces y poco costosas.
En la revisión de los dos meses es cuando los bebés reciben sus primeras vacunas, normalmente la vacuna hexavalente y la de la meningitis C, y se hace a esa edad porque lo ideal sería hacerlo nada más nacer el bebé, pero entonces serían inútiles porque el bebé no haría las defensas necesarias como consecuencia a la vacuna. Una vez puestas las vacunas muchos padres desconocen qué tienen que tener en cuenta después. Por eso hoy vamos a tratar de dar respuesta a esa inquietud respondiendo a la pregunta: ¿Qué debemos tener en cuenta después de que le pongan las vacunas?

¿Debe comer diferente o en otros horarios después de las vacunas?

Las vacunas introducen en el bebé una o varias moléculas que estimulan la reacción del sistema inmunológico para que aprenda a defenderse de ellas por si un día llega el virus de verdad. Aunque es algo más intenso que en la vida diaria, no deja de ser algo que al bebé ya le sucede todos los días, cuando del exterior le llegan partículas y microorganismos que respira o chupa (cuando toca cosas o coge y se las mete en la boca), ya que está continuamente expuesto a nuevas moléculas.
Con esto quiero decir que en realidad, aunque las vacunas tienen más efectos secundarios que la mayoría de cosas que pueden llegarle a entrar en el día a día (a menos que le contagien algún virus),no hay que modificar en nada su dieta ni los horarios de alimentación. Simplemente, seguir dándole lo que tome (leche materna o artificial) a demanda, como de costumbre.

¿Qué efectos secundarios pueden provocar las vacunas?

Entre el 15 y el 20% de los niños vacunados pueden sufrir un aumento de la temperatura corporal, que puede llegar a quedarse en febrícula, puede ser fiebre y, en el 2% de estos niños, puede llegar a pasar de 39ºC. En caso de que haya fiebre (temperatura superior a 37,5ºC en axila) se recomiendadarle al niño algún antitérmico, normalmente paracetamol, ya que el ibuprofeno no está indicado hasta que son más mayores. Para saber cuánto paracetamol le corresponde a tu bebé según el peso, puedes leer esta entrada en que explicamos cómo calcularlo.
A este respecto, hay pediatras que recomiendan dar paracetamol como preventivo, es decir, tras la vacunación, dar una toma de paracetamol por la tarde, haya o no síntomas. A priori, no es una medida recomendada, puesto que se ha visto que haciéndolo podría disminuir la respuesta inmune a las vacunas, siendo mejor darlo cuando ya haya síntomas de fiebre (si es que llegan).
Si el bebé no llega a tener fiebre, pero sí algunas décimas, se recomienda llevar a cabo medidas físicas que le ayuden a estar más cómodo, como tenerlo en casa con poca ropa, darle un baño largo y, en definitiva, seguir alguno (o varios) de los ocho remedios caseros para bajar la fiebre que os comentamos hace un tiempo.
La fiebre puede llegar en diferentes momentos, según sea la vacuna administrada. En el caso de las de dos meses, que no son de virus vivos atenuados, la fiebre puede llegar hacia las 6-7 horas desde que se le pone la vacuna al bebé y puede durar entre 24 y 48 horas. En el caso de vacunas con virus vivos atenuados, como la triple vírica de los 12 meses, la fiebre llega entre los 5 y 10 días, generalmente, tiende a durar lo mismo en el tiempo (uno o dos días) y ésta puede ser algo más elevada.
Otros síntomas habituales son la irritabilidad y el dolor local e hinchazón en la zona del pinchazo. En el primer caso se recomienda atender al niño, cogerle, darle mucho cariño y tratar de hacer lo habitual cuando el bebé llora (alimentarle, pasearle, mecerle, cantarle, etc.). En el segundo caso, puede aplicarse frío local para rebajar la hinchazón.
En principio son síntomas normales que no requieren de visita al pediatra, a menos que la fiebre sea muy elevada (llegue a 40ºC) o se produzca alguna reacción no habitual, tanto para descartar que está relacionada con la vacuna (por si el niño está enfermo por otra cosa y pudiera necesitar algún tratamiento) como para, si lo está, tratar de remediar los síntomas y hacer la declaración de reacción adversa a la vacuna, que debe llegar a instancias superiores.

¿Una vez vacunado ya está protegido de esas enfermedades?

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Una de las dudas de algunos padres es si una vez el bebé ya ha sido vacunado está protegido de todas las enfermedades por las que ha sido vacunado. La respuesta es un simple y poco aclaratorio "más o menos" o un "depende". Las vacunas no son infalibles y aun cuando un bebé está vacunado de todas las dosis de una vacuna cabe la posibilidad de que coja esa enfermedad igualmente. Esto depende de su sistema inmune, de la cantidad de dosis de una vacuna que lleva (a los dos meses se le ponen 7 vacunas, pero las 7 deben volver a repetirse más adelante para que el bebé coja más defensas hacia esos mismos 7 virus) y depende también de la cobertura vacunal.
Esto de la cobertura vacunal es la manera de dar nombre al porcentaje de población que está vacunada de lo mismo. Normalmente, por ser los que más se contagian y los que más contagian, hablamos de cobertura vacunal en niños. Cuanto más elevada es, mejor. Si una vacuna tiene una cobertura vacunal del 90% o más (un 10% o menos de los niños no llevan la vacuna) el riesgo que corren tanto los vacunados como los no vacunados es muy bajo. Hay tantos niños vacunados, es decir, protegidos, que es muy difícil que un niño coja uno de los virus de los que se ha vacunado y, en caso de contagiarse, es muy difícil que lo transmita, porque se encontrará con que la mayoría de niños de su alrededor también están vacunados.
En cambio, si ese hipotético niño viviera allí donde la cobertura vacunal es de un 50%, por decir una cifra, el riesgo de contagio es mucho mayor y todos los niños, tanto vacunados como no vacunados estarían en riesgo. Y de los vacunados, los que llevaran pocas dosis, como los de 2 meses de edad, que solo llevan una, tendrían más riesgo que aquellos que ya llevan varias de la misma vacuna.